miércoles, 26 de marzo de 2014

La materialidad de las Bibliotecas

Apuntes para leer Arquitectura bibliotecaria en México



[De la serie "De las Bibliotecas a la Biblioteca"]
Edgar. A. G. Encina


Cuando Francisco I (Coñac, 1494-1547) le ordenó a Robert Estienne (París, 1503-1559) en 1538 entregar un ejemplar de cada libro griego impreso a su Biblioteca creó el depósito legal, convirtiéndose en una obligación que a la postre terminaría por afectar a los editores. Así, la Biblioteca Real se transformó en la primera de propiedad intelectual que recibió el depósito de un número determinado de ejemplares de cada obra editada en su país y mudó su nombre a Biblioteca Nacional, en este caso desde 1522 a Bibliothèque Nationale de France [www.bnf.fr]. Quien secundó este ejercicio fue la British Library [www.bl.uk], que sin el epíteto de nacional funge como tal desde 1753 luego de que en 1662 apareciera la Licesing Act, que al propio tiempo que impuso la censura previa de los libros, obligando a los editores a entregar tres ejemplares. En España [www.bne.es] se instala en 1712. De México [www.bnm.unam.mx y www.bibliotecavasconcelos.gob.mx], ignoro el dato certero aunque es probable que haya sido en 1867 cuando Benito Juárez (Guelatao, 1806-1872) decretó su establecimiento.
         Con ello, es en el siglo XVI que inició la fundación-formación de las Bibliotecas Nacionales[1] en respuesta lógica-natural al momento en que el Libro inició su alcance de instrumento, su rango se hizo público y el patrimonio escrito incrementó su aparición, desarrollándose y ampliándose nuevos criterios de conocimiento. Algunas Bibliotecas cambian su nombre, que provenía de una provincia o lugar, por el del país en cuestión, otras lo conservan a manera de identificación del edificio o lugar en que se ubica y unas más son cobijadas por instituciones como Congresos[2] y/o Universidades.[3]
         En esa tradición se inscribe Arquitectura bibliotecaria en México coordinado por Celia Mireles Cárdenas.[4] Se trata de un libro resultado del «Seminario de investigación sobre servicios de información. Impacto de la Construcción y remodelación de espacios bibliotecarios en las IES» (Instituciones de Educación Superior).[5] Si bien, la obra es un tema especializado que interesa sólo a un sector específico de la sociedad, como bibliotecólogos y archivólogos, su contenido no lo es así, pues su diseño está pensado gráficamente para seducir al lector común.
         A lo largo de sus más de doscientas páginas se descubren algunos apuntes históricos sobre las formas que han tomado las Bibliotecas en México y se divulgan nuevas construcciones arquitectónicas pensadas para el convivio de las tradicionales formas de consulta con las nuevas tecnologías. Edificios y proyectos ideados para el uso de espacios amplios, blancos y respirables, a la manera de una comunidad que se muestra receptiva a las expresiones más actuales y a su vez consciente de una historia aquilatable.
«Después de analizar el estado del arte sobre la Arquitectura de bibliotecas en México, encontramos que los estudios sobre el tema en cuestión han sido afectados por el paradigma de las Tecnologías de la Información y la Comunicación; la relación entre el hombre y el conocimiento registrado se transformó y como consecuencia la forma de concebir a las bibliotecas y sus edificios también».[6] Con ello, libros como este se insertan en esa tradición de las Bibliotecas y el estudio de sus infinitas materialidades.





[Texto impreso en: http://ljz.mx/2014/03/31/la-gualdra-142/]

[1]      Algunas Bibliotecas Nacionales son: Österreichische Nationalbibliothek (Viena) desde 1526 [www.onb.ac.at], Deutsche Nationalbibliothek (Alemania) desde 1661 [www.dnb.de], Biblioteca Nacional de Colombia desde 1777 [www.bibliotecanacional.gov.co], Biblioteca Nacional de Ecuador desde 1792 [www.casadelacultura.gob.ec], Biblioteca Nacional de Portugal desde 1796 [www.bnportugal.pt/] y Biblioteca Nacional de Argentina desde 1800 [www.bn.gov.ar/].
[2]     Piénsese como ejemplo la Library of Congress en Washington, de 1800 [www.loc.gov]
[3]     Cfr. José Martínez de Sousa, Pequeña historia del libro, España, Ediciones Trea, 2010, pp. 126 a 159.
[4]     Cfr. Celia Mireles Cárdenas (coordinadora), Arquitectura bibliotecaria en México. Impacto de la construcción y remodelación de espacios bibliotecarios en las IES, México, UASLP-ECI, 2012.
[5]     www.eci.uaslp.mx/Seminarios/
[6]     Op. Cit. Arquitectura bibliotecaria en México …, pp.223 a 224.

martes, 25 de marzo de 2014

En defensa de las Bibliotecas, EUA


[de la serie «De las Bibliotecas a la Biblioteca»]

Edgar A. G. Encina



El 9 de marzo Karen Cator (President and CEO of Digital Promise) publicó el artículo «Think we no longer need Libraries? Think again».[1] Se trata de un documento enfático, emotivo e inteligente, en defensa de las Bibliotecas Públicas en Estados Unidos. El texto de no más de cinco mil palabras expone, al citar asociaciones y números, los pros de la permanencia y funciones de las Bibliotecas.
La American Library Association (ALA) reporta que de las 7,260 Bibliotecas pertenecientes a la corporación, desde el 2011 el 57% de ellas reportaron un presupuesto estable o disminuido, al tiempo que 23 estados redujeron sus fondos y otras reportaron que ese era el tercer año con recortes. Entre las causas de la erosión en el apoyo están la austeridad gubernamental, el clima político, la intolerancia al aumento de los impuestos y, sobre todo, la aparición de ideas estultas que privilegian el uso de la internet, los libros electrónicos y la tecnología móvil, sin considerar la tradición y los buenos usos que de la Biblioteca se desprenden.
Karen Cator trata de explicarse los motivos de que estas ideas hayan aparecido en individuos. Entre algunos puntos expuestos describe que los defensores de esa idea piensan que los edificios de las bibliotecas son viejos, grandes y costosos, y que los buscadores de la web pueden sustituirles. Para ella es evidente que estas personas nunca han visitado una biblioteca o que su estado de confort no les permite entender los servicios que provee a la comunidad y que han pasado por alto el papel trascendental que las bibliotecas desempeñan en la comunidad.
Para acentuar el mérito de las Bibliotecas recuerda que personas como Adrew Carnegie (Escocia, 1835-1919) a finales del siglo XIX donó más de 55 millones de dólares para construir bibliotecas por todo el país. El resultado fue la construcción de casi 1, 700 bibliotecas. En la actualidad hay 9 mil bibliotecas y la ALA reportó el aumento en:
  • 35% en clases de uso de tecnología,
  • 58% en uso de recursos electrónicos,
  • 60% uso de computadoras,
  • 74% uso de wifi.

Otro dato que subraya es que en 2013 la Pew Research Center reportó que las personas entre los 16 y 29 años de edad no sólo acuden a las Bibliotecas para utilizar la tecnología del lugar, además han hecho uso de algún material bibliográfico como:
  • el 80% para solicitar ayuda a los bibliotecarios con su búsqueda y material,
  • el 76% para tener acceso libre a computadoras e internet,
  • el 75% adquirir libros en préstamo,
  • el 72% por ser espacio tranquilo para el estudio,
  • el 72% para apoyarse en los programas y cursos,
  • el 71% como recurso de apoyo y solución en labores escolares y de empleo.

Al final, la autora no deja de señalar que la Biblioteca es un valioso recurso para todos estudiantes de todos los niveles y la comunidad en general, que su valor está en la constante y variada utilización de recursos y formas, y que se deben crear proyectos que desarrollen espacios, políticas que impliquen un movimiento creador, fomentar la participación de la comunidad y vincular el uso de todos los materiales.



[1]      Fuente: http://www.linkedin.com/today/post/article/20140309223444-2906843-think-we-no-longer-need-libraries-think-again

lunes, 24 de marzo de 2014

Los propósitos de La Biblioteca Española y su carta a Santa Claus.

Bibliotecas cambiantes

[de la serie «De las Bibliotecas a LA BIBLIOTECA»]


Edgar A. G. Encina





 [imagen tomada de: http://www.alquiblaweb.com/]

Ha aparecido «Prospectiva 2020. Las diez áreas que más van a cambiar en nuestras bibliotecas en los próximos años» en España.[1] El documento anota los siguientes puntos:[2]
  1. La gestión de las bibliotecas deberá flexibilizarse y sus actuaciones deberán integrarse más en las finalidades de las instituciones a las que sirven.
  2. Se incrementará la cooperación: una mayor cooperación y colaboración ampliará el papel de la Biblioteca dentro y fuera de la institución.
  3. Los recursos públicos serán escasos y las bibliotecas deberán encontrar nuevas estrategias de ahorro y de financiación.
  4. Los profesionales deberán tener perfiles flexibles y cambiantes y las bibliotecas necesitarán personal con conocimientos diversos; la formación dejará de tener un carácter unitario.
  5. Las bibliotecas deben reforzar su función de crear comunidades, dotarlas de cohesión social y garantizar la igualdad de oportunidades de los ciudadanos en el acceso a la información.
  6. Bibliotecas ágora o bibliotecas como tercer lugar.
  7. Los espacios de las bibliotecas aún permanecerán como tales, pero serán flexibles acogedores y sociales.
  8. La educación, el aprendizaje y las habilidades serán la clave de la misión de las Bibliotecas.
  9. Servicios que se adaptan a una realidad digital.
  10. Estrategias innovadoras para gestionar fuentes y colecciones híbridas.

El documento concluye proponiendo que, entre otras cosas:
  • Deben reforzar la formación en gestión de los futuros gestores de las bibliotecas.
  • Llegar a los ámbitos de decisión política para flexibilizar procesos administrativos y de gestión, para la toma de decisiones.
  • Que los documentos sean catalogados de manera duplicada, por lo menos.
  • Abrir las vías de comunicación entre particulares, colectivos e intuiciones de varias sellos.
  • Crear una mesa de buenas prácticas y de soluciones innovadoras en la financiación y provisión de servicios bibliotecarios.
  • Crear, diseñar y exponer una imagen moderna.
  • Establecer un sistema de acreditación acorde a las diferentes bibliotecas y sus necesidades específicas.
  • Reforzar la participación de los profesionales e incrementar la participación de los usuarios.
  • Abrir vías de subvención para la adquisición y reforma de los equipamientos.





[1]      El texto es elaborado desde el Consejo de Cooperación Bibliotecaria (CCB) de España con el nombre de «Grupo estratético para el estudio de prospectiva sobre la biblioteca entorno. Información-social. Participan jefes de las Bibliotecas Públicas, Escolares, Universitarias, Nacionales y Regionales de las Comunidades Autónomas de Andalucía, Castilla y León, Cataluña, Galicia, Santiago de Compostela, Navarra y Murcia. A ellas se suman la Fundación Germán Sánchez Ruiperez, la Univesidad Carlos III, la Embajada de los Estados Unidos, la Biblioteca Nacional de España, el Museo Nacional del Prado y quizá algunos otros que pasé por encima.
[2]     El documento general puede consultarse en la página electrónica: http://www.mcu.es/libro/docs/MC/Observatorio/pdf/Estudio_prospectiva_2020.pdf

sábado, 22 de marzo de 2014

Bibliotecas y Biblioteca zacatecana


[de la serie «De las Bibliotecas a LA BIBLIOTECA»]

De las casi mil Bibliotecas públicas y de educación que existen en Zacatecas, algunas merecen mención ya por su actividad constante –como la Mauricio Magdaleno-, ya por su horizonte de investigaciones resultantes –como la Central de la UAZ-, ya por los descubrimientos y promesas –como la Elías Amador-.
Sin embargo, no existe una que albergue la sola producción estatal. Falta una Biblioteca Zacatecana, a la manera de las nacionales, que cobije, seleccione, catalogue y de espacio para la consulta del material bibliográfico producido por las instituciones públicas, privadas y esfuerzos particulares. Una Biblioteca Zacatecana que además de descubrirse en coexistencia con las otras públicas, también se reconozca en la preexistencia de las privadas y establezca un convivio armonioso con los archivos.

Falta una Biblioteca Zacatecana –con mayúsculas- y quizá en tiempo de conmemoraciones revolucionarias sea el momento justo de anunciarla. Partiendo de un ejercicio legislativo que pida-obligue a que toda obra presentada en el estado sea entregado uno o dos ejemplares, el 2013 puede ser el año en que se marque el inicio de la identidad filológica de Zacatecas. Partiendo del ejercicio gubernamental, el 2013 puede ser el tiempo que provea de espacio y presupuesto para un funcionamiento adecuado y a futuro planeado. Este año que conmemora batallas y vive batallas, bien puede traer aíres calmos en otra formas de otras batallas, la del intelecto, la del espíritu. O qué mejor forma de hacer revolución que revolucionando de verdad.

viernes, 21 de marzo de 2014

Los números de/en las bibliotecas




[De la serie «De las Bibliotecas a LA BIBLIOTECA»]

Revela el INEGI[1] que en el 2010 contabilizó en Zacatecas 233 Bibliotecas públicas, de un total de 8,258 localizadas en el país, en las que se realizaron poco más de 920 mil consultas, de un total de 75,625,757 que resultaron a nivel nacional. Otra cifra que destaca es que en el estado existen 763 Bibliotecas en educación básica, media y superior de la modalidad escolarizada, de 15,267 existentes en el territorio nacional. Estas Bibliotecas en educación comprenden «los niveles preescolar, primaria, secundaria, profesional técnico, bachillerato y superior» y es probable que puedan «servir para el funcionamiento de varias escuelas o turnos» lo cual deja variantes y se presta para múltiples lecturas.
El top ten de los municipios que poseen más Bibliotecas públicas lo comprenden Guadalupe (14), Sombrerete (14), Sain Alto (12), Fresnillo (11), Valparaíso (11), Zacatecas (10), Jerez (10), Río Grande (9), Juchipila (8) y Monte Escobedo (8). Por otro lado, más de tres decenas de municipalidades no superan el par.
Donde más consultas se realizan son: Zacatecas (124,031), Guadalupe (69,588), Sombrerete (52,065), Jerez (49,427), Fresnillo (43,232), Río Grande (41, 405), Valparaíso (32, 352), Sain Alto (32,353), Juchipila (29,243) y Apulco (28,781). En la contraparte tres municipios no superan las mil consultas y más de una decena no alcanza las dos mil.
El top ten de los municipios que poseen Bibliotecas en educación básica, media y superior de la modalidad escolarizada es el siguiente: Teúl de González Ortega (79), Zacatecas (66), Fresnillo (60), Tepechitlán (47), Guadalupe (46), Jerez (42), Pinos (40), General Francisco R. Murguía (30), Río Grande (29) y Sombrerete (29). En el otro lado de la moneda se enlistan tres municipios con cero y más de una decena no supera el par.
Hagamos algunas aproximaciones.
Si en el estado existen 996 Bibliotecas, entre las que son públicas y las que son de educación, y el censo ha contabilizado 1,490,668 habitantes, con una esperanza de vida de hasta 76 años, las conclusiones pintan claroscuros. La una es que cada individuo tiene aproximadamente el derecho a poco más del 0.006 de una biblioteca pública-escolar y/o o.005 de una biblioteca pública. La otra es que alrededor de 200 individuos han sido cubiertos con una biblioteca pública-escolar y/o que a más de 180 les toca una biblioteca pública. La primera deja una sensación de calosfríos. La otra juega un camino menos azaroso. Es obvio que los números del INEGI dejan más dudas que respuestas, pues entre varios puntos falta por saber dónde y en qué condiciones están esas bibliotecas, cuántos libros hay en particular y en general, cuáles temas son los que más se consultan, quiénes acuden a las bibliotecas buscando qué, entre un mar de incógnitas.
Digo que, según los números, cada individuo tiene el derecho aproximado del 0.006 y/o al 0.005 de una Biblioteca pública cualquiera que sea. ¿A qué responde eso? En su nivel más básico, ¿eso da para un libro por individuo?, ¿o cómo dividimos-repartimos las fracciones?, ¿o a quién? Faltan respuestas. Esa aproximación no dice cuántos libros hay en las bibliotecas públicas del estado y a qué corresponden con el número de la población y materia, dejando de lado otras preocupaciones materiales. Pero, quizá lo más importante, falta por saber cómo es la vida de las bibliotecas; sus precariedades y retos, sus financiamientos y donaciones; sus actividades intra-extra muros y cómo enfrentan los viejos y nuevos retos.




Documento publicado en versión impresa y electrónica en: http://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_139

Cómo sostener una columna literaria

R. van der Mejiden, Strawberries on a plate , Gouache, 33x35cms, 1979. Cómo sostener una columna literaria   Edgar A. G. Encina Una vers...